SONES DE TIERRA CALIENTE
Los calentanos son extremadamente alegres y aprovechan diversos acontecimientos familiares (bautizos, cumpleaños, bodas, etc.) para la celebración de fiestas donde se tocan diferentes tipos de melodías. Sin embargo, cuando se presenta un deceso se interpreta, sobre todo en velorios, otro tipo de repertorio que refleja la tristeza de los acompañantes. Entre los diferentes géneros musicales que se han cultivado en la Tierra Caliente es posible mencionar el corrido, las piezas fúnebres, la marcha, el bolero y sobre todo, los sones y los gustos. Las piezas fúnebres que se interpretan en los velorios se asemejan al vals, aunque también se utiliza la música de algunos corridos.Este género no incluye la tamborita ni el canto. A título de hipótesis. Arturo Warman sugiere que estas piezas pudieran ser el remanente de una tradición antigua de velorios, como se practica en otros países latinoamericanos.
Sones y gustosLa tradición musical calentana tiene un origen relativamente reciente. El son surgió a partir del modelo llamado “Sonecito de la Tierra” que a su vez es derivación de las cancioncillas españolas salpicadas de sabor local mexicano, que llegaron desde fines del siglo XVII a la Nueva España con las caravanas de artistas que se generalizó a finales del siglo XVIII. Aún los villancicos del siglo XVI y XVII contribuyeron, junto con esos “sonecitos de la Tierra”, a formar el género festivo y profano que se denomina “Son”. En la región de Tierra Caliente el Son tomó carta de naturalización, asumiendo nuevas características locales que hasta la fecha conserva. Por su parte, el gusto parece derivarse de los agraves antiguos llamados “gitanos”, “gatunos” y “pan de jarabe”, que las autoridades eclesiásticas, como la adquisición y civiles prohibieron porque consideraban licenciosos, lascivos y obscenos los movimientos que ejecutaban los participantes. En realidad el jarabe y el son se encuentran muy emparentados, ya que ambos se nutrieron de los “sonecitos de la tierra”, llamados también “sonecitos regionales mexicanos” diferenciándose solamente en que en general, los jarabes son más lentos que los sones. Estos van de lento a lo presto, los jarabes en cambio, varían según el aire, de lento a allegro. Es así como el gusto calentano es de melodía más lenta siempre cantando con coplas líricas y pintorescas en tanto el son de la Tierra Caliente es más rápido y a veces no tiene letra.
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